Basta ya de frases que te manipulan:
El tren no solo pasa una
vez en tu vida.
Pasa a diario, cada hora,
por muchos andenes,
en cualquier lugar...
eres tú quién decide
en cuál de ellos subirte.
La vida está llena
de nuevos caminos,
nuevas rutas,
da igual la edad que tengas,
los sinsabores
que has tenido que pasar,
las decepciones
que se han ido acumulando,
esas lágrimas
que has derramado
por las personas
equivocadas, esos palos
que te han
dado y te han dolido hasta
en lo más profundo
de tu corazón y tu alma.
Quizás hayas
cargado con mochila ajena,
teniendo que llevar
el peso que a otros
les correspondía aguantar
pero, un día,
si saber como ni porque,
la tomaste como tuya.
El dolor era insoportable
pero soportabas porque
siempre hay algo
que nos induce a creer
en las personas,
en sus cambios de actitudes.
Confías y crees fervientemente
que recibirás
lo mismo que das
o solo una pequeña parte
de ello y no, no es así.
Si das mucho,
se acostumbran a que
lo sigas haciendo
y todo acaba en
un absoluto caos,
sobre todo para ti.
El mundo se desmorona,
no le encuentras sentido
a lo que haces,
te preguntas una y mil veces...
¿pero que estoy haciendo?
¿acaso merezco
migajas y los desperdicios
que se van
acumulando a mi alrededor?
Abres los ojos y todo ha cambiado,
ya no
te dan ganas de dar,
de ofrecer, de querer,
de amar, de sentir y
es cuando tomas
tu pequeña maleta,
llena de basura, dolor y hastío
y emprendes un nuevo rumbo.
No sabes que pasará,
no sabes que hacer,
te encuentras perdido
en medio de la nada.
Los días son eternos, dolorosos,
llenos de
amargura y resentimiento pero,
el tiempo pasa,
las agujas del reloj
no se paran, la vida sigue
y tú, decides seguir con ella.
Y es así cuando un día te ves,
en el anden
esperando un nuevo tren,
la esperanza no
está perdida,
la ilusión vuelve a ti
y has cambiado, esta vez,
más fuerte, decidido,
te vez capaz,
vuelves a ser tú mismo
y cuando ves pasar el tren,
ese que intuyes
que es el adecuado,
da igual si solo o
acompañado, das un salto
y te subes en él.
Que más da donde te lleve,
que más da
cuál sea el destino,
es tu decisión, tu valentía
lo que te arroja a aventurarte,
a buscar
e intentar encontrar
esos sueños que
se quedaron aparcados
y estás dispuesto
a recuperar.
Es tu vida, son tus sueños,
son tus ilusiones,
simplemente, eres tú,
rumbo hacía
una nueva vida.
Autoría.
Juany Melián
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