Llega un momento en que te hartas.




Llega un momento en la vida
en la que te hartas de estar e intentar agradar,
cuidar y complacer a todo el mundo
olvidándote de ti. Ya no quieres ir detrás de nadie,
no quieres rogar ni pedir lo que a las
personas no les nace ni están dispuestas a darte.
Muere esa parte de ti en la que hacías
lo posible para no perder a nadie.
Quien quiera quedarse, que se quede,
quién no, que arranque.
Es preferible seguir el camino a solas.
¿De qué te sirve caminar con alguien que
va un paso, dos o tres, delante o atrás de ti?
El camino se hace juntos, uno al lado del otro,
bien cerca por si tropiezan y tener donde
agarrarse, donde encontrar un hombro
donde apoyarse o una mano que te ayude
a levantar. No merece la pena desvivirse
por gente que no darían ni un paso por ti,
no te ofrecerían esa mano, ese hombro,
abrirte el corazón, ser leal, sincero,
buen amigo, compañero, confidente.
Eso es cosa de dos, eso es a la par,
no valen las medias tintas, la dejadez, 
dejarte embaucar por trolerías, 
falsas esperanzas, un futuro incierto,
perder tu valioso tiempo con personas
que no agradecen y piensan que todo
se lo merecen. Y como bien dice una
frase que leí por ahí, "a este mundo
no venimos a estar solos pero tampoco
a estar con cualquiera. Quizás, solo quizás,
en algún lugar, exista esa persona que tanto ansias, esa con la que has soñado toda la vida,
con la que si valdría la pena mover un mundo
entero ya que ella haría lo mismo por ti
y te das cuenta de que la persona que camina
atrás o delante no es la adecuada, no es
lo que realmente deseas y sueltas, sueltas
eso que no te hace nada bien ni te aporta 
nada bueno, le dejas volar, a su ritmo...
Lo mismo haces tú, alzas el vuelo y te
das cuenta de todo lo que has perdido por
perder tu valioso tiempo con excusas
tontas y tontas vueltas en tu mente
que no te llevaban a ninguna parte.




Sé dueño de tu vida, es tuya y solo a ti te pertenece, nadie tiene derecho a lastimarte,
ni tú mismo tienes derecho, solo
el derecho de cuidarte, quererte y respetarte.




 

El tren de mi vida. Basta ya de frases que te manipulan.














Basta ya de frases que te manipulan:
El tren no solo pasa una 
vez en tu vida.
Pasa a diario, cada hora, 
por muchos andenes,
en cualquier lugar... 
eres tú quién decide
en cuál de ellos subirte.
 La vida está llena 
de nuevos caminos, 
nuevas rutas, 
da igual la edad que tengas, 
los sinsabores
que has tenido que pasar, 
las decepciones
que se han ido acumulando, 
esas lágrimas
que has derramado 
por las personas
equivocadas, esos palos 
que te han 
dado y te han dolido hasta 
en lo más profundo
de tu corazón y tu alma. 
Quizás hayas
cargado con mochila ajena, 
teniendo que llevar
el peso que a otros 
les correspondía aguantar
pero, un día, 
si saber como ni porque,
la tomaste como tuya.
El dolor era insoportable
pero soportabas porque 
siempre hay algo 
que nos induce a creer 
en las personas,
en sus cambios de actitudes.
Confías y crees fervientemente 
que recibirás
lo mismo que das 
o solo una pequeña parte
de ello y no, no es así. 
Si das mucho, 
se acostumbran a que 
lo sigas haciendo 
y todo acaba en 
un absoluto caos,
sobre todo para ti. 
El mundo se desmorona,
no le encuentras sentido 
a lo que haces,
te preguntas una y mil veces...
¿pero que estoy haciendo? 
¿acaso merezco
migajas y los desperdicios 
que se van
acumulando a mi alrededor?
Abres los ojos y todo ha cambiado, 
ya no
te dan ganas de dar, 
de ofrecer, de querer,
de amar, de sentir y 
es cuando tomas
tu pequeña maleta, 
llena de basura, dolor y hastío 
y emprendes un nuevo rumbo.
No sabes que pasará, 
no sabes que hacer,
te encuentras perdido 
en medio de la nada.
Los días son eternos, dolorosos, 
llenos de 
amargura y resentimiento pero, 
el tiempo pasa,
las agujas del reloj 
no se paran, la vida sigue
y tú, decides seguir con ella.







Y es así cuando un día te ves, 
en el anden
esperando un nuevo tren, 
la esperanza no
está perdida, 
la ilusión vuelve a ti 
y has cambiado, esta vez, 
más fuerte, decidido,
te vez capaz, 
vuelves a ser tú mismo
y cuando ves pasar el tren, 
ese que intuyes
que es el adecuado, 
da igual si solo o
acompañado, das un salto 
y te subes en él.
Que más da donde te lleve, 
que más da
cuál sea el destino, 
es tu decisión, tu valentía
lo que te arroja a aventurarte, 
a buscar
e intentar encontrar 
esos sueños que
se quedaron aparcados 
y estás dispuesto
a recuperar. 
Es tu vida, son tus sueños,
son tus ilusiones, 
simplemente, eres tú,
rumbo hacía
una nueva vida.

Autoría.
Juany Melián

Entrada destacada

Por salud, las mujeres necesitan salir dos veces a la semana

  Las Mujeres Necesitan Salir Dos Veces Por Semana Por Salud. La revelación suena a un chiste, pero es cierta y además, es sólo una parte de...

Entradas populares

adaptable